No me importa nada estar en el suelo, al lado de mi Ama esperando órdenes.
En ocasiones con decir, 'sube', 'baja', 'allí', o 'túmbate', es suficiente para comunicarse conmigo.
Si mi ama viene a colocarme una correa, también acabo levantando el rabo.
Si me deja, me encanta olisquear su trasero y su entrepierna por fuera de su pantalón.
Hay pocas cosas tan tentadoras para mí como abrazarme a sus piernas mientras ella descansa y atrevidamente intentar rozarme un poco.
Muchas veces Ama me llama perrito, y la verdad que tiene toda la razón.

duuulce.
ResponderEliminarTREINTA
si es que eso es...uf....
ResponderEliminarque de amor!!!
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